Sigo haciendo pantalones. Se me ha vuelto una adicción. Debo reconocer que a mí me gustan los proyectos cortos y que producen rápida satisfacción, pero estoy aprendiendo a dosificar mis esfuerzos. De eso se trata hacer cosas más complicadas, de saber que no salen de un tirón, pero que igual hay mucha diversión en el camino y mucha satisfacción.
Este pantalón es igual que el anterior, con pequeñas diferencias. Le he hecho unos pespuntes en la pierna y en los bolsillos y lo corté un poquito más ancho para mayor comodidad. En todo lo demás es igual.
La tela es un drill de camuflaje tipo pixeleado, me gustó cuando la vi porque a Adriano le gusta todo lo que sea de soldado y además le gusta jugar minecraft por lo que los pixeles le encantan. Además es un camuflaje en la gama del azul que me gusta más que el tradicional verde.
Lo mejor es que es muy práctico y fuerte para jugar y que Adriano está contento y se ha convertido en su pantalón favorito. Le queda bien y se nota que lo disfruta.
En estas fotos se lo había puesto con un polo beige y su gorrita de soldado. Quise mostrarlas también porque veo que tiene muchas posibilidades de combinaciones.
Poder hacer este pantalón me hace descubrir una dimensión que no conocía: la constancia. Saber que la práctica es lo que nos hace aprender y desarrollar habilidades. Todo es práctica y constancia. Además me ha dejado con ganas de hacer más... He visto que hay unas telas metalizadas o podría ser con denim. ¡Cuántas posibilidades!
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